viernes, 5 de agosto de 2016

Dos niños, dos niñas, la parejita...¿qué prefieres?

Uno de los momentos más especiales de todo el embarazo gemelar, es cuando te informan del sexo de lo que está por venir (aunque no todas las parejas optan por saberlo).

En las fechas previas a conocer la noticia, tu vida se convierte en ocasiones en una auténtica casa de apuestas, con afirmaciones y opiniones de todos los colores: "lo ideal es la parejita, así ya lo tenéis hecho", "yo creo que van a ser dos niñas", "en tu familia predominan los niños así que vais a tener dos chicos", y un larguísimo etcétera...

Está claro que hay tres combinaciones posibles, pero sólo hay una apuesta ganadora: apostar a pares.


Y luego viene la inevitable pregunta: Y tú...¿qué prefieres?

En mi caso concreto no tenía ninguna preferencia en especial. Bueno..., miento,...Sí que me apetecía especialmente que al menos uno de los dos fuera niña. Había un exceso de masculinidad en mi familia y un toque de ternura femenino sería más que bienvenido. 

Los planteamientos por mi cabeza eran de la siguiente manera:


Según iban pasando los días, cada vez tenía una cosa más clara: ¡Fuera lo que fuera iba a ser algo muy bueno!
La parejita aportaba variedad y en el caso de que los dos fueran del mismo sexo, más facilidad para conectar en juegos, compartir cosas, etc... Todo tenía su parte buena y la verdad que a ninguna le encontraba la parte mala. 

Aunque en muchas ocasiones es bastante antes, normalmente en la revisión de la semana 20 es probable tener noticias. Depende de varios factores, pero es fundamental que haya transcurrido el tiempo mínimo de desarrollo y que haya una correcta colocación para que dejen ver su cosita, y esto..., no siempre es fácil. Hablamos de bebés, no de políticos en busca de la foto.


Llega la semana 20 y estás mirando la pantalla según van haciendo la ecografía, esperando nervioso que todo vaya bien. Por cierto, en mi caso la mayor parte de las veces las ecografías han sido como las catas de vinos. Los especialistas ven cosas que el común de los normales no alcanzamos...Igual que el catador ve tintes violetas y obtiene sabores afrutados, el ginecólogo muestra claramente partes del cuerpo que yo nunca llegué a descifrar. Pero eso da igual, lo único que quieres oír es...bien...y eso también está bien...y lo otro también...y de repente...¿queréis saber lo que es?,...¡una niña! 

Como tengo pares, había que repetir de nuevo el proceso y esperar el resultado y...¡otra niña!

En esos momentos la gran mayoría de padres actuamos como políticos después de las elecciones: todos estamos contentísimos con el resultado y en el fondo era lo que queríamos (la diferencia es que los padres tenemos motivos reales para estarlo y los políticos muchas veces no). 
¡Dos niñas! se puede sustituir por ¡Dos niños! o ¡Niña y niño! según los casos...
En los casos en los que eso no es así, sólo hay que esperar a verles el día que nacen para pensar que lo hemos tenido es lo mejor que nos podía pasar. Ya no les cambiarías por nada del mundo.
¡Al menos eso siento yo con mis mellizas!

1 comentario:

  1. ¡Me encanta! Yo no he tenido gemelos, pero con el primer bebé (una niña) yo entré a la eco deseando que me dijesen que íbamos a tener un niño. Y cuando me dijeron que iba a ser una niña de repente me emocioné un montón y fue en plan de "¡Una niña! ¡Justo lo que quería!". Me cambió la preferencia en un microsegundo, y no tuve ni que verle la cara xDDD

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